martes, 19 de julio de 2011

Derecho a réplica

En mi corta (?) trayectoria de historias amorosas he cometido incontables errores, es como si tuviera una tendencia natural a elegir mal y mandarme cagadas. Soy sincera cuando menos lo tengo que ser, me ha gustado más de un pelotudo que me hizo sufrir por él, cuando no se lo merecía, y hasta he rechazado el amor de hombres maravillosos, por elegir a los más giles. No soy normal, lo sé, lo confirmo cada semana con mi psicóloga; pero la realidad es que nadie es normal, y dejando eso de lado creo que hay ciertos reclamos que, más allá de mis comportamientos "anormales", puedo hacer.
Porque como toda mujer, puedo tolerar muchíiiiiiiiiiiiiiisimas cosas sin expresar más que una pequeña queja, pero todo tiene un límite y hay cosas que no pienso aguantar (más). Porque hay una situación muy clara flaco(sí sí, a vos, Diez, te lo digo): si elegiste no seguir saliendo conmigo, diciéndome que me querías mucho, que igual nos íbamos a seguir viendo y todas esas boludeces que dicen los hombres que no les da el cuero para decir la verdad; si te escapas y me mentís cuando yo te quiero ver; si me dejás careta cada vez que podes (ni para mi cumpleaños me saludaste y yo fui sola al tuyo). 
Si hacés todo eso, entonces después no te me vengas a hacer el enojado porque estoy de novia!!!!!!!!! no se puede ser tan forro y cagón!!!!!! laputaqueteparió che!!!! Me podés explicar qué parte me perdí!!! Es increíble, inexplicable! y lo peor de todo, es que te hacés el pelotudo. Te animás a mirarme mal, pero no me decís nada; que poco huevo tenes che, me decepciona.
Yo estuve un año y pico soñando con vos, mientras vos me esquivabas como el mejor, y no tengo por qué soportar esto. Digo yo, no me merezco al menos una explicación? o nos podemos encerrar y cagarnos a trompadas, que sé yo! Pero dejate de joder!!! no se puede estar así con una persona que quisiste (o querés en mi caso) tanto.Y por sobre todas las cosas, vos me podés tratar como quieras, pero no me podés negar mi derecho a réplica.


Soledad (enojada como para cagarse a trompadas)